lunes, 6 de mayo de 2019

Las 5 fases del sueño: De las ondas lentas a la REM


Antiguamente se creía que el sueño consistía simplemente en la disminución de la actividad cerebral que se produce durante la vigilia. No obstante, en la actualidad sabemos que dormir es un proceso activo y muy estructurado durante el cual el cerebro recupera energía y reorganiza los recuerdos.
El análisis del sueño se lleva a cabo a partir de su división en fases, cada una de ellas con sus características distintivas. En este artículo describiremos las cinco fases del sueño, que a su vez se pueden dividir en los periodos de ondas lentas y los de ondas rápidas, más conocidos como “sueño REM”.
Las fases del sueño que propusieron Dement y Kleitman y que detallaremos en este artículo se dan de forma continua mientras dormimos. El sueño se estructura en ciclos, es decir, sucesiones de fases, de entre 90 y 110 minutos aproximadamente: nuestro cuerpo pasa por entre cuatro y seis ciclos de sueño cada noche que descansamos de forma adecuada.
Durante la primera mitad de la noche predominan las fases lentas del sueño, mientras que el sueño rápido o REM es más frecuente a medida que la noche avanza.

Sueño de ondas lentas o no REM

El sueño lento constituye aproximadamente el 80% del sueño total. Durante las cuatro fases que lo componen el riego sanguíneo cerebral desciende en comparación con la vigilia y el sueño REM.
El sueño no REM se caracteriza por la predominancia de ondas cerebrales lentas, que indican una actividad eléctrica disminuida en el sistema nervioso central.
Fase 1: adormecimiento
La fase 1 del sueño, que supone menos del 5% del sueño total, está constituida por los periodos transicionales entre la vigilia y el sueño. No sólo aparece cuando nos estamos quedando dormidos sino también entre los distintos ciclos del sueño.
En esta fase perdemos progresivamente la conciencia del entorno. Frecuentemente aparecen pródromos de la actividad onírica conocidos como alucinaciones hipnagógicas, sobre todo en niños y en personas con narcolepsia.
Durante el adormecimiento se registran principalmente ondas alfa, que también se dan cuando estamos relajados durante la vigilia, especialmente con los ojos cerrados. Además empiezan a aparecer ondas theta, que indican una relajación aún mayor.
Así, la actividad cerebral propia de la fase 1 es similar a la que se produce mientras estamos despiertos, y por tanto en estos periodos es habitual que nos despierten ruidos relativamente poco intensos, por ejemplo.
Fase 2: sueño ligero
El sueño ligero sigue a los periodos de adormecimiento. Durante la fase 2 la actividad fisiológica y la muscular disminuyen significativamente y la desconexión con el entorno se intensifica, de forma que el sueño se vuelve cada vez más profundo.
Esto se relaciona con la mayor presencia de ondas theta, más lentas que las alfa, y la aparición de los husos del sueño y los complejos K; estos términos describen oscilaciones en la actividad cerebral que promueven el sueño profundo, inhibiendo la posibilidad de despertarse.
La fase 2 del sueño es la más frecuente de las 5, llegando a constituir aproximadamente el 50% del sueño nocturno total.
Fases 3 y 4: sueño delta o profundo
En el modelo de Dement y Kleitman el sueño profundo está compuesto por las fases 3 y 4, aunque la diferenciación teórica entre ambas ha perdido popularidad y hoy en día se suele hablar de ambas conjuntamente.
El sueño lento ocupa entre un 15 y un 25% del total; aproximadamente un 3-8% corresponde a la fase 3, mientras que el 10-15% restante se engloba en la fase 4.
En estas fases predominan las ondas delta, que se corresponden con el sueño más profundo. Es por ello que estos periodos son conocidos habitualmente como “sueño de ondas lentas”.
Durante el sueño lento la actividad fisiológica se encuentra muy disminuida, aunque el tono muscular aumenta. Se considera que nuestro cuerpo descansa y se recupera más marcadamente en estas fases que en el resto.
Muchas parasomnias son características del sueño de ondas lentas; en concreto, durante estas fases se producen la mayor parte de los episodios de terrores nocturnos, sonambulismo, somniloquia y enuresis nocturna.

Sueño de ondas rápidas o REM (fase 5)

Los movimientos oculares rápidos que se producen durante esta fase le dan su nombre más conocido: MOR, o REM en inglés ("rapid eye movements"). Otros signos físicos del sueño REM son la fuerte disminución del tono muscular y el aumento de la actividad fisiológica, de forma opuesta al sueño profundo.
También se conoce a las fases REM como sueño paradójico porque durante esta fase es difícil que nos despertemos a pesar de que las ondas cerebrales predominantes son las beta y las theta, similares a las de la vigilia.
Esta fase constituye un 20% del sueño total. La proporción y duración del sueño REM aumenta progresivamente a medida que la noche avanza; esto se relaciona con la mayor presencia de sueños vívidos y narrativos durante las horas que preceden al despertar. Del mismo modo, en la fase REM se dan las pesadillas.
Se cree que el sueño REM es fundamental para el desarrollo cerebral y la consolidación de recuerdos nuevos, así como su integración con los que ya existían. Un argumento a favor de estas hipótesis es el hecho de que la fase REM es proporcionalmente mayor en niños.

¿Qué ocurre en tu cerebro cuando comes chocolate o cacao?


Con la llegada a Europa de los diferentes frutos procedentes del continente americano, el furor por el cacao, y en consecuencia por el chocolate, no tardó en expandirse, consolidándose como un alimento más en la gastronomía de cualquier lugar del resto del mundo.
No obstante, casi desde su misma aparición, los debates sobre sus beneficios y las propiedades no tan saludables del chocolate han sido ampliamente discutidos. En este artículo se describen los beneficios del chocolate a nivel psicológico y los efectos que este tiene sobre el cerebro según sus diferentes compuestos.

Cacao, cacao en polvo y chocolate

El cacao en polvo y su consiguiente transformación en el archiconocido y deseado chocolate, son las elaboraciones más conocidas que se extraen del fruto llamado cacao. Asimismo, este fruto se origina y desarrolla en un árbol tropical conocido como Theobroma cacao, el cual se cultiva en África y en la América Tropical.
Theobroma cacao hace referencia a la nomenclatura científica que se le asigna al árbol de cacao, también llamado cacaotero. Antiguamente, era apreciado como un árbol divino, de ahí que la traducción de su denominación especializada Theobroma se pueda traducir literalmente como “alimento de los dioses”.
A partir del fruto de este árbol, el cacao, se extrae el cacao en polvo. El cual se obtiene triturando o moliendo los granos que alberga en su interior. A nivel nutricional el cacao en polvo puede aportar muchas calorías y proteínas y muy pocos hidratos de carbono, por lo que resulta un alimento ideal en dietas hiperproteicas. Así como una gran cantidad de vitaminas como vitaminas del grupo B, vitamina A y vitamina E.
Sin embargo, también son muchos los beneficios que tiene a nivel psicológico. Además de la conocida sensación de bienestar que produce, el cacao es energético, favorece la memoria y previene el envejecimiento cerebral.
Finalmente, es necesario realizar una distinción entre el cacao y el chocolate. Como se menciona anteriormente, el cacao se obtiene directamente del fruto, mientras que el chocolate requiere un proceso de elaboración posterior durante el cual se le añaden azúcares, leche, frutos secos, etc.
Por lo tanto, los beneficios del cacao serán mayores en tanto en cuanto este sea lo más natural, es decir, tenga menos aditivos y esté lo menos procesado posible.

Efectos psicológicos del consumo de cacao

Los efectos beneficiosos del chocolate en nuestro estado de ánimo son de sobra conocidos. Tradicionalmente asociado con sensaciones placenteras, el cacao es un conocido liberador de endorfinas y una fuente de cafeína. Pero existen muchas contribuciones que el chocolate puede hacer al funcionamiento cerebral.

1. Chocolate, endorfinas y placer

El cacao es un potente generador natural de endorfinas, tan potente que la sensación de bienestar que provoca es prácticamente inmediata.
Las endorfinas conocidas popularmente como las hormonas de la felicidad, son péptidos opioides endógenos, esto significa que son opioides fabricados por nuestro propio cuerpo con el fin de generar una sensación de bienestar y además, son capaces de disminuir la sensación de dolor.
Otros beneficios que las endorfinas tienen sobre la persona, y por lo tanto el chocolate también es susceptible de provocarlos son:
Producen una sensación de placer y bienestar
Favorecen la liberación de las hormonas sexuales, es decir, aumentan el deseo sexual
Regulan el apetito
Refuerzan el sistema inmune
Calman la sensación de dolor causado por inflamación, traumatismos, etc.
Chocolate para mantenerse despierto
Aunque en comparación con el café el cacao contiene menos cafeína, la contiene igualmente. Por lo que genera una mayor actividad cerebral y provoca un suave efecto estimulante.
La cafeína es una sustancia que se puede encontrar en más de 60 plantas, incluyendo el árbol del cacao. Los efectos psicológicos que la cafeína puede ejercer incluyen la sensación de estar más despierto, atento y con más energía debido a la estimulación del sistema nervioso central.
No obstante, es necesario puntualizar que un excesivo consumo de cafeína también puede acarrear consecuencias negativas, como aumento de la presión arterial o acidez en el estómago, por lo que es necesario consumirlo de forma moderada.

2. Constituye un euforizante natural

El cacao es una excelente fuente de feniletilamina, esta sustancia, generada de forma natural en el cerebro, es parecida a las anfetaminas, produciendo una agradable sensación de bienestar y euforia.
Además, cuando se generan cantidades importantes de feniletilamina, el cerebro reacciona liberando dopamina, norepinefrina y oxitocina, neurotransmisores encargados, entre otras cosas, de provocar sensaciones de placer y bienestar.

3. Cacao como fuente de energía

Debido a las propiedades anteriores el cacao ha sido utilizado como alimento energético desde tiempos remotos. Las civilizaciones procedentes de Latinoamérica ya recurrían al cacao como estimulante e incluso como una bebida obligatoria antes de partir a la guerra.

4. Chocolate, memoria y envejecimiento cerebral

El cacao puro es abundante en compuestos reconstituyentes del cerebro llamados flavanoles. Un reciente estudio de la Asociación Americana del Corazón publicó que comer diariamente cacao rico en flavonoides puede generar un impacto positivo en las funciones de la memoria y mejorar el deterioro cognitivo leve.
Los flavonoides presentes en el cacao, también pueden encontrarse en otros alimentos como las uvas, manzanas, el vino o el té; y tienen la capacidad de proteger a las neuronas de posibles lesiones, además de favorecer el metabolismo y la interacción con la estructura molecular. Asimismo y de forma indirecta, los flavanoles favorecen el flujo de sangre en el cerebro.

5. Consejos y advertencias

No obstante, a pesar de todos los beneficios que se mencionan en el artículo, no es recomendable abusar de su consumo, puesto que debido a su procesado y combinación con otras sustancias, el chocolate es rico en grasas y calorías.
Por lo tanto, y como cualquier otro alimento, el consumo moderado siempre es mejor que el abuso.

Cómo el Cerebro nos protege de los Recuerdos Traumáticos


Las experiencias que vivimos a lo largo de la vida, sobre todo en la etapa infantil, pueden tener una gran influencia en nuestro desarrollo, e incluso generar impactos negativos en nuestro cerebro, en forma de traumas e ideas intrusivas. La "curación" de estos puede ser compleja. Estos recuerdos pueden presentarse en forma de sufrimiento en la etapa adulta, y son un eco de aquellos episodios de gran intensidad y huella emocional vividos en la infancia.
Cuando alguien ha vivido episodios de abuso físico o emocional, o no ha recibido los cuidados necesarios por parte de sus figuras de apego, es posible que más adelante sufra secuelas psicológicas. Sin embargo, parte de la "culpa" de este daño es del mismo mecanismo que el cerebro utiliza para protegernos de las situaciones complicadas.

Los recuerdos bloqueados

Ante determinadas experiencias dañinas y traumáticas, a nivel fisiológico, se da una alteración en las estructuras cerebrales, así como también una gran afectación a nivel emocional. Hay ocasiones en que aparece un suceso y no sabemos cómo manejarlo y nos inunda una fuerte emoción negativa fuerte y duradera.
En consulta me gusta pedirles a mis pacientes que se imaginen que el cerebro es como un ordenador que contiene toda la información, experiencias y memorias de su vida recogidas, organizadas y procesadas en carpetas. Pero, cuando un suceso nos sobrepasa, las experiencias vividas quedan almacenadas en otras redes de memoria distintas. Los recuerdos relacionados con la experiencia negativa abrumadora han quedado bloqueados y fragmentados, como si se hubiesen congelado, aislados del resto de carpetas organizadas. Ocurre con estos recuerdos que no hemos tenido la oportunidad de procesar, ya que nuestro cerebro nos ha querido ayudar apartándolos de nuestro día a día, porque en el caso contrario nos generaría una emoción muy intensa difícil de soportar.
Pero... ¿qué ocurre? Pues que por esta ayuda que nuestro cerebro nos proporciona pagamos un precio, ya que en un momento dado estas experiencias serán activadas por un estímulo disparador, es decir, una nueva experiencia o situación que nos hace reexperimentar lo ocurrido anteriormente de manera inconsciente, y todo sale a la luz. A veces son pequeñeces que no podemos controlar pero que nos hacen sentir como si realmente estuviésemos reviviendo aquel momento.
Si bien la mayoría de recuerdos terminan siendo olvidados, los que hacen referencia a este tipo de experiencias son demasiado intensos como para ser olvidados sin más, pero no están lo suficientemente contextualizados y vinculados a nuestras creencias, ideas y valores predominantes como para poder formar parte de esa red de recuerdos a través de la cual nos movemos con normalidad.

Un ejemplo de recuerdo traumático

Quizás con este ejemplo pueda entenderse mejor. Imagina un niño que con 7 años tuvo un accidente de coche con sus padres. Los 3 estuvieron muy graves pero finalmente pudieron salir adelante. En casa no se habló de lo ocurrido, ya no sólo del accidente, si no de la lenta recuperación posterior en la que sus vidas corrían peligro. No ha habido ocasión de explicar al niño lo ocurrido, para que él pudiese comprender esa experiencia e integrarla en su percepción de la realidad.
Este suceso se archiva en el cerebro, pero se guarda sin quedar asociado a los pensamientos que le acompañaban aquel día y durante los posteriores. Además, el cerebro, que es muy bueno con nosotros y siempre quiere protegernos, recluye este evento en lo más profundo de él para que este niño pueda continuar con su vida normal.
Pasan unos cuantos años y este niño cumple 18 años. Su mayor ilusión es sacarse el carnet de conducir, pero en su primer día de clase práctica y una vez montado en el coche, comienza a sentir muy ansioso y con mucho nerviosismo, tanto que no se ve capaz de arrancar el coche y conducir, sin saber por qué. Es en este momento cuando vuelve a experimentar lo que ocurrió aquella tarde en la que él tenía 7 años.
Lo que ocurre es que a partir de una experiencia dolorosa para la persona, la información queda almacenada en el cerebro de forma disfuncional. Al archivarse de este modo, la información no puede ser integrada ni utilizada por la persona.
En el caso de los niños que han sufrido maltrato, negligencias o abandono, el cerebro aprende a protegerse y puede adoptar dos modos de funcionar distintitos. Puede volverse un cerebro hipervigilante, es decir, el cerebro se encuentra en constante alerta, incluso ante estímulos que no son peligrosos ni ponen en riesgo la vida de la persona. Nuestro cuerpo reacciona como si algo malo estuviese ocurriendo.
Pero esto no queda ahí; nuestro cerebro también puede adoptar una forma contraria a la hipervigilancia, es decir, puede encontrarse hipoactivado. En estas situaciones se bloquea, y puede que muchos de los recuerdos relacionados con ese evento perturbador no los recordemos. Este proceso permitirá individuo contar el suceso de una forma neutra sin carga emocional, como separándose de él.

Ventajas e inconvenientes de esta protección

Que nuestro cerebro nos proteja de esta forma puede ser muy ventajoso, ya que nos deja libre de sufrimiento y nos permite continuar con nuestra vida, pero lo cierto es que a la larga tiene múltiples e incómodas consecuencias.
Quizás las emociones de quien vive esta experiencia estén anestesiadas, o puede haber momentos en los que se comience a sentir cierta ansiedad y no sepa bien por qué. Posiblemente ha vivenciado algo que le ha llevado a ese recuerdo oculto del pasado, por lo que si no se trabaja sobre ello el efecto de este recuerdo puede aparecer una y otra vez.
En ocasiones, es muy complicado detectar que el daño del pasado aún continua en el presente, ya que las emociones, y a veces también los recuerdos, están disociados o bloqueados. Pero es importante trabajar estas experiencias, ya que en algunos casos pueden propiciar la aparición de trastornos. Recuerda, el pasado no se puede olvidar, pero sí trabajar sobre él para que no lo reexperimentemos constantemente y continúe dañándonos.

Tipos de Sinapsis y su Funcionamiento en el Cerebro


Cuando pensamos en la manera en la que el cerebro funciona, muchas veces caemos en lo simple: asumimos que es un órgano que ‘genera’ emociones y pensamientos, como si su funcionamiento pudiese ser descrito atendiendo a su funcionamiento general. Pero lo cierto es que la clave de lo que pensamos, sentimos y hacemos se encuentra a una escala microscópica, al nivel de las neuronas.
Estas células nerviosas se encargan principalmente de generar un flujo constante de información que viaja de un lado al otro del sistema nervioso y que a la vez es procesada por los diferentes órganos del encéfalo. Pero, una vez más, la clave para entender la psique no se encuentra en algo tan fácil de aislar y de observar como una neurona. Se encuentra en lo que conocemos como sinapsis y sus diferentes tipos.

Sinapsis: un espacio de comunicación entre neuronas

Una definición simple de lo que es una sinapsis puede ser la siguiente: se trata de la conexión establecida entre dos neuronas que se transmiten información relacionada con los impulsos eléctricos.
Así pues, la sinapsis no es exactamente un órgano, y ni siquiera es, técnicamente, una parte anatómica de una célula nerviosa. Se trata de un lugar en el que dos neuronas se mandan información para afectar al funcionamiento de la otra.
En muchos casos, las sinapsis se establecen entre uno de los extremos de una parte de la neurona llamada axón, y la dendrita, una parte de la neurona receptora. Sin embargo, también existen otras conexiones en las que la sinapsis se establece, por ejemplo, de un axón a otro axón.

Tipos de sinapsis

Los diferentes tipos de sinapsis pueden ser clasificados de diferentes maneras. Veámoslo.
Según cómo se transmite la información
Por otro lado, es importante señalar que aunque la función de la sinapsis sea ofrecer un contexto en el que una neurona puede propiciar o inhibir la aparición de un impulso eléctrico en otra neurona, lo que recorre la sinapsis no suele ser una señal eléctrica, por lo menos en el caso de los seres humanos.
Esto es así porque existen dos tipos principales de sinapsis, que son las siguientes.

Sinapsis eléctrica

En estos casos sí que hay corriente eléctrica que pasa de una neurona a otra, sirectamente. En los seres humanos, este tipo de sinapsis solo están presentes en algunas partes de la retina.

Sinapsis química

En la mayor parte del sistema nervioso de los seres humanos, este es el único tipo de sinapsis que existe. En ella, la corriente eléctrica que llega al extremo de la neurona más cercano a aquella célula nerviosa en la que se quiere influir, genera la liberación de ciertas sustancias químicas, llamadas neurotransmisores, que navegan a través del espacio sináptico.
Algunas de ellas son captadas por estructuras llamadas receptores sinápticos, que a partir de ahí desencadenan un proceso u otro dependiendo de la molécula que les ha llegado (o, en algunos casos, quedan momentáneamente bloqueados).

Según su localización

A partir del punto en el que una neurona se comunica con la otra mediante el espacio sináptico, es posible encontrar los siguientes tipos de sinapsis.
Axosomática
En este caso, el botón terminal del axón entra en contacto con la superficie del soma, es decir, el cuerpo de la célula nerviosa.
Axodendrítica
Es el tipo de sinapsis por excelencia. En él, el axón entra en contacto con las espinas dendríticas de las dendritas.
Axoaxónica
Un axón entra en contacto con otro.

¿Cómo funcionan los neurotransmisores?

Ya hemos visto que buena parte de la mecánica de las sinapsis se basa en la utilización de neurotransmisores, que son un abanico muy variado de moléculas que, en ciertos casos, también actúan como hormonas si pasan al torrente sanguíneo.
A pesar de que este aspecto de la neurociencia es complejísimo y cada sustancia está asociada a cientos de interacciones diferentes que además varían dependiendo del contexto, la parte del sistema nervioso en el que actúan y sus efectos en los diferentes receptores neuronales, puede decirse que el papel fundamental de estas partículas se divide en dos: excitación e inhibición. Es decir, que en una sinapsis, un neurotransmisor puede hacer aumentar las probabilidades de que en la neurona postpsináptica no aparezca un impulso nervioso, o puede hacer que estas aumenten.
Por otro lado, los neurotransmisores no siempre tienen una acción directa en las células nerviosas que los captan. Por ejemplo, parte de ellos ni siquiera llegan a su destino, y son captadas por receptores de la misma neurona que los ha liberado para posteriormente ser descompuestos y reciclados, y otros, a pesar de llegar a la neurona postpsináptica, tan solo influyen en ella de manera indirecta, al activar una serie de segundos mensajeros que interactúan con muchos elementos de la célula nerviosa antes de generar un efecto más allá de esto.

Amor y enamoramiento: 7 investigaciones sorprendentes


¿Qué dice la ciencia acerca del amor y el enamoramiento? Hoy repasamos siete investigaciones científicas al respecto, que nos descubren el gran misterio de la relación de nuestro cerebro y nuestra conducta con lo romántico.

Los psicólogos, los sociólogos y los médicos, han tratado de entender la conducta humana respecto al enamoramiento, el amor, el desamor, o la atracción. Y eso es porque el amor es una de las sensaciones más extraordinarias de las que puede disfrutar el ser humano, y las intensas emociones y la pasión del enamoramiento suelen afectar a la mente y al cuerpo de todos nosotros.
En las últimas décadas, las investigaciones en este campo han sido muchas y muy variadas. Pese a que no siempre ha existido consenso en los descubrimientos, hoy vamos a repasar algunas conclusiones curiosas sobre el amor y el enamoramiento.

1. El amor es como la droga

La química del amor es capaz de hacernos sentir en pleno subidón, hacernos sufrir un bajón o hacernos sentir el mono por alguien. Que el amor es como una droga es totalmente cierto, ya que usa las mismas vías neuronales que ésta. Tal y como señala un estudio del Colegio de Medicina Albert Einstein, cuando el amor se rompe, igual que cuando una persona es adicta a la droga, las consecuencias de la adicción son tan fuertes que pueden desembocar en graves conductas depresivas y obsesivas.
Al igual que la droga, el amor libera dopamina, serotonina o noradrenalina, por eso que cuando nos enamoramos nos sentimos excitados, llenos de energía y nuestra percepción de la vida es magnífica.

2. La navidad provoca divorcios

Las investigaciones parecen indicar que tras la navidad, las rupturas de pareja se incrementan. El cambio de horarios y la convivencia más intensa provoca que afloren las diferencias que han estado ocultas. Ya que la Navidad es la época más estresante para las parejas, los divorcios y las separaciones crecen una media de un 5% en el mes de enero en comparación con el resto del año según los datos del Consejo General del Poder Judicial de España.
Las razones que llevan a este aumento en las rupturas sentimentales incluyen el estrés añadido. Además, según Victoria Milan, el portal de citas para personas casadas o en pareja que buscan una aventura, más del 45% afirma haber sentido el deseo de divorciarse durante enero, mientras que sólo el 22% asegura que todo lo contrario. Este estudio se llevó con más de 9.000 mujeres y hombres usuarios de la web de citas.

3. Los pequeños detalles son los que cuentan

Vivimos en una sociedad consumista y el amor y las relaciones sociales también se han ido mercantilizando. Por eso es importante recordar que son las pequeñas cosas las que al final marcan la diferencia. Un reciente estudio relacionado con la psicología del amor, en el que participaron 4000 residentes en el Reino Unido, concluyó que son los actos amabilidad son los que más se valoran. Llevarle café a tu pareja cuando se levanta, estar receptivo cuando llega cansado o cansada del trabajo o recordarle lo genial que se ve por las mañanas será más valorado que gastarte mucho dinero en un regalo.

4. Ver películas de amor: la mejor terapia de pareja

Un estudio longitudinal afirma que el índice de divorcio se reduce drásticamente cuando las parejas miran películas de amor y hablan sobre ellas después. El resultado del estudio llevado a cabo por Ronald Rogge sugiere “que las parejas saben perfectamente lo que hacen bien y mal en sus relación, por lo que no hay que enseñarles mucho al respecto. Lo importante es que reflexionen sobre su comportamiento, y las películas de amor pueden ayudar a hacerlo. Además, los actores suelen funcionar como modelos a los que imitar”.

5. Las redes sociales la primera causa de divorcio

Según una encuesta de la Academia de Abogados Matrimoniales de Estados Unidos llevada a cabo en 2011, parece ser que cuatro de cada cinco abogados han percibido un incremento de los casos de divorcio debido al uso de las redes sociales. Éstas generan diferentes problemas en la pareja, desconfianza o celos, y como resultado 1 de cada 5 matrimonios se separan debido a problemas ocasionados por el uso del Facebook. Además, dos terceras partes de los encuestados afirman que Facebook es la primera causa de divorcio.
Por otro lado, según un estudio de García Rivera, “se puede concluir que a las mujeres les causa mayor molestia que su pareja utilice el Facebook. Compartir fotos, actividades y los "me gusta" que dan a otras publicaciones son las actividades que más les causa problemas, pero a pesar de que el 70% de los encuestados respondieron sí tener problemas debido al uso que le dan a Facebook sus pareja, solo el 30% respondió haber tenido una ruptura sentimental a causa de ello”.

6. Las relaciones a distancia pueden funcionar

De acuerdo con una nueva investigación, y al contrario de lo que la mayoría de las personas piensan, las relaciones a distancia pueden funcionar. Son dos las razones que mantienen viva la llama a pesar de los kilómetros que separan a los dos enamorados. Las parejas separadas por la distancia, se cuentan información más íntima y tienen más idealizada a la pareja. Como resultado, los dos suelen tener niveles similares de satisfacción y estabilidad. ¿Será cierto?

7. Las discusiones de pareja engordan

Un estudio del Instituto de Medicina del Comportamiento de la Universidad de Ohio afirma que las personas propensas a padecer estrés, depresión o problemas de ánimo, tienen mayor riesgo de engordar si discuten con su pareja frecuentemente, ya que afecta a la manera de procesar las grasas por parte del cuerpo. Las peleas entre los miembros de la pareja, provocan un aumento de la cantidad de insulina en sangre, lo que estimula la ingesta de alimentos y la acumulación de grasa abdominal.
Además, las peleas frecuentes pueden hacer sentir deprimida a una persona y provocar un exceso de ingesta de alimentos. Estar desanimado provoca el abandono de hábitos de vida saludable, como la práctica de ejercicio. Por otro lado, las personas con problemas de estrés y ansiedad, pueden aumentar los triglicéridos, responsables de importantes enfermedades cardiovasculares.

Diferencias entre el Cerebro Masculino y Femenino


¿Cada día entiendes menos los comportamientos de tu pareja? ¿Somos realmente tan diferentes los hombres y las mujeres?
Principales diferencias entre el cerebro masculino y femenino
Todo cerebro empieza como cerebro femenino. Sólo se vuelve masculino ocho semanas después de la concepción, cuando el exceso de testosterona (el rey de las hormonas masculinas) disminuye el centro de comunicación, reduce el córtex de la audición y hace dos veces mayor la parte del cerebro que procesa el sexo.
Sobre el cerebro de las mujeres se concluye que su hipocampo (estructura cerebral implicada en la memoria) es mayor, igual que los circuitos cerebrales para el lenguaje y la observación de las emociones de los demás. (Las mujeres expresan mejor las emociones y recuerdan mejor los detalles de acontecimientos emocionales). Además su cerebro posee una sobresaliente agilidad mental, habilidad para involucrarse profundamente en la amistad, capacidad casi mágica para leer las caras y el tono de voz en cuanto a emociones y estados de ánimo, y una gran destreza para desactivar conflictos. La autoestima femenina se basa en su capacidad para conservar relaciones afectuosas con el prójimo, ya que las mujeres emplean ambos lados del cerebro para responder a las experiencias emocionales, mientras que los hombres sólo un lado. Un ejemplo biológico: las monas Rhesus aprenden a vocalizar mucho antes que los machos y usan cada uno de los diecisiete tonos vocales de su especie durante todo el día y siempre para comunicarse entre sí. En cambio, los monos Rhesus machos aprenden sólo de tres a seis tonos y, en cuanto son adultos, dejan pasar días y hasta semanas sin vocalizarlos en absoluto.
Por su parte el cerebro de los hombres, tiene dos veces y media más de espacio cerebral dedicado al impulso sexual, igual que los centros cerebrales más desarrollados para la acción y la agresividad. Los chicos usan en general el lenguaje para dar órdenes a otros, hacer que se hagan las cosas, presumir, amenazar, ignorar la propuesta de un compañero y aplastar los intentos de hablar de los demás. Su autoestima se basa en su capacidad para mantenerse independiente de los demás. A pesar de lo dicho, el estereotipo de hombre estoico y falto de emociones se contradice con las investigaciones que muestran la entrega y devoción del cerebro del padre y el hombre maduro. Hormonalmente el cerebro masculino maduro se asemeja más al cerebro femenino maduro; los hombres pueden ser más receptivos a la oxitocina (la hormona de los abrazos y el afecto). A medida que disminuyen los niveles de testosterona en el hombre, “ganar y perder” pueden perder relevancia, en pro de la cooperación. (Alta testosterona = motivación por ganar estatus y competencia individual; Baja testosterona = motivación para cooperar con otros y competencia intergrupal.).
Por tanto, existen notables diferencias entre los dos sexos en los mecanismos sociales y las unidades cerebrales implicadas. La sociabilidad femenina (que es más afiliativa) se relaciona más estrechamente con el volumen del neocórtex, mientras que la sociabilidad masculina (que es más competitiva y combativa) se relaciona más con las unidades subcorticales (las asociadas con respuestas emocionales).

La Conciencia


Descripción de la conciencia

Estado de conciencia: consiste en el reconocimiento de uno mismo y de su entorno.
La conciencia nos mantiene despiertos mediante el sistema reticular activador ascendente que se encuentra en el tronco cerebral y que consiste en unas neuronas en forma de red que envían información a los hemisferios ascendentes en la corteza.


Grados de estado de conciencia.


Estar alerta: la persona está consciente y responde rápidamente estímulos.
Estado de confusión: la personas despierto pero agitado y sin concentración. Aquí puede darse otro estado que es el delirio en el cual la persona tiene agitación con temblor y alucinaciones.
Estado de obnubilación: la persona está dormida hiperactividad, propia ante estímulos intensos.
Estupor: la persona responde sólo a estímulos dolorosos.
Coma: la persona sólo tiene actividad refleja, no voluntaria.

Etiopatogenia

Lesión del sistema reticular activador ascendente por cualquier lesión que se produzca en el tronco como por ejemplo tumores.
Daño difuso y bilateral de toda la corteza cerebral generalmente por trastornos difusos como hipoxia, hipoglucemia, hipotiroidismo, etc.

Características de la conciencia


Interioridad real de la vivencia, en oposición a la exterioridad.
La escisión (división) sujeto-objeto, es decir, un sujeto que opina es dirigido hacia objetos que persigue, representa y piensa.
Conocimiento de la conciencia en torno a sí misma (conciencia de sí).
Cuando se utiliza el término alteración de conciencia para explicar la situación de un individuo, tenemos que precisar que podemos estar refiriéndonos a su nivel de vigilancia o a su capacidad de interactuar con el entorno y comprender adecuadamente la realidad que le rodea.
Por tanto, en lo referente a la conciencia con independencia del estado general y de las causas que estén actuando, un paciente puede presentar alteración del nivel y en este caso puede estar: obnubilado, estuporoso, o en coma en sus distintos grados (superficial, profundo…). Pero también puede presentar alteración del contenido, es decir, estar confuso (desorientado témporo-espacialmente, con dificultad para mantener la atención) con o sin ideación delirante.

Trastornos de la conciencia

Desde la fenomenología, los trastornos se dividen en dos grupos: Trastornos de la conciencia Cuantitativos; Trastornos de la conciencia Cualitativos.
Trastornos cuantitativos: La función de alerta está básicamente afectada.
Trastornos Cualitativos: La mayor alteración es de la función de interioridad en el estado delirioso, y la función de reflexibilidad comprometida es lo esencial en el estado crepuscular

Trastornos Cuantitativos de la conciencia

Obnubilación: Compromiso de la función de alerta de la conciencia. Desde éste se agrupan los cuatro trastornos cuantitativos, desde el más leve al más grave. Embotamiento-Somnolencia- Sopor- Coma.
La Obnubilación, quiere decir que la conciencia esta “nublada”, es un empañamiento de la lucidez de la conciencia en relación al alerta. Se puede analogar a los cambios normales que se aprecian en un sujeto que pasa del estado de vigilia al estado de Hipnagógico, al sueño ligero y a la ensoñación, y, finalmente al sueño profundo.
Embotamiento: La consecuencia inmediata del embotamiento de la conciencia, es la disminución o el retardo en el ritmo de la elaboraciones psíquicas, retardo que será más marcado, cuanto mayor sea el compromiso.
Ej.: Cuesta mantener la atención
Captación de los estímulos se hace trabajosa
Percepción lenta, imperfecta, imprecisa y carente de nitidez
El paciente entiende ordenes sencillas y es capaz de obedecerlas (lentamente)
En muchas ocasiones el paciente se muestra parcialmente desorientado y a veces más lucido
Fácil distracción
No tiene tanto dominio de sí mismo
Somnolencia: Constituye un grado más intenso de obnubilación que un simple embotamiento. Hay una perturbación mayor de la función de alerta. La percepción, así como toda la actividad psíquica, está mucho más dificultada, debido a una gran propensión al sueño.
Síntomas: Pesadez
Enfermo tiende a quedarse en cama y dormitar en el día.
Disminución del ritmo Alfa al encéfalograma.
Sopor: El compromiso Obnubilatorio de la conciencia es aún mayor.
Síntomas:
Paciente sólo se logra despertar parcialmente
No registra ningún estímulo externo en la conciencia, y los estímulos intensos pueden provocar algunas reacciones rudimentarias de gesticulaciones, balbuceo de palabras o movimientos desordenados
Paciente tiene respuestas reflejas
El electroencefalograma presenta ondas delta.
Coma: El estado de coma, constituye el grado extremo de obnubilación. Hay pérdida completa de la conciencia, que no registra ningún evento.
Hay inhibición psicomotora completa, pero en los niveles superiores del coma se conservan las respuestas defensivas a los estímulos dolorosos para desaparecer en los grados profundos con ausencia o extrema debilidad de las respuestas reflejas. El electroencefalograma tiende a ser isoeléctrico.

Trastornos Cualitativos de la conciencia

Estado Delirioso: Se una el término delirioso, para diferenciarlo del Delirium (Término sindromático que alude a un cuadro clínico de alcoholismo)
Existe compromiso de la función de interioridad de la conciencia, que al romperse provoca en el paciente una confusión entre las vivencias de la subjetividad (sentimientos, representaciones, pensamientos, sensaciones, y percepciones del acontecer interno) con las vivencias de la relación con el mundo objetivo externo (Sensaciones y percepciones del entorno)
Estado Crepuscular: También llamado estrechamiento de la conciencia. Éste se circunscribe, sólo a ciertas manifestaciones de la vida psíquica, con efectos exaltados de amor, de odio, de angustia, de rabia, etc.
Tiñe de tal manera el campo vivenciar, que parece que toda la actividad psíquica del sujeto se concentra, sólo en aquello que tiene relación con su rabia, su angustia, su odio, su éxtasis.
Si bien es más estructurado y coherente que el estado delirioso, carece de tino frente a situaciones, no maneja bien sus posibilidades. El paciente presenta alucinaciones e ilusiones, predominantemente ópticas, pero también acústicas.
Los pacientes ven a Dios, la Virgen, al demonio, animales criminales y ladrones. El afecto los puede llevar al homicidio, crimen sádico por excitaciones sexuales, o a estados beatíficos de éxtasis.

Otros términos usados en relación a los trastornos de la conciencia

Amencia: Se clasifican según características clínicas, en una forma alucinatoria, otra catatónica y otra ideofugal-incoherente.
El estado, lleva al paciente a percibir los objetos y las situaciones no muy complicadas, aunque no son comprendidas en sus relaciones,, lo que lleva al paciente a esforzarse por captar la realidad que la siente extraña.
Alucinosis: Es una forma de reacción exógena aguda, cursa habitualmente sin compromiso de conciencia y con lucidez de conciencia y que por lo tanto no corresponde incluirlas dentro de los trastornos de la conciencia
Estado Epilipoide Angustioso: Es una de las seis formas de reacción exógena aguda de Bonhoeffer.. Compromiso de la conciencia a estado crepuscular leve a mediana intensidad en pacientes epilépticos . Son habituales las actitudes hostiles, impulso de hablar mucho, pensamiento lentificado y dificultad para encontrar las palabras precisas.
Estado estuporoso: Es una manifestación de diversos estados íntimos, como son apatía en una grado máximo, inhibiciones, bloqueos, sobrecogimiento a causa de terror o angustia.
Confusión: Estado de desorden metal agudo, ya sea funcional u orgánico. Pérdida de la conexión existente en los procesos psquicos especialmente lo que refiere a la percepción, el recuerdo y el pensar sin que surjan a primer plano errores sensoriales agudos.
Delirio Agudo: Término usado como sinónimo de estado delirioso.
Delirium: Usado para connotar a todos los trastornos de conciencia sin distinguirlos entre sí.
Estrechamiento de conciencia: Lleva al sujeto a cometer actos de violencia, incendios, exibicionismo,etc. Con amnesia posterior
Alteraciones de ciclo del sueño-vigilia: Se menciona ya que lo que mas caracteriza el sueño es la suspensión de las funciones de alerta, reflexión e interioridad de la conciencia.
Insomnio: Alteración del ciclo vigilia-sueño. Se reduce el sueño en forma significativa, en relación a la necesidad de sueño, edad y hábito personal
Insomnio de conciliación: Dificultad para quedarse dormido
Insomnio medio: Dificultad en mantener el sueño, "sueño entre cortado”
Insomnio tardío: Despertar una o varias horas antes de lo acostumbrado .
Hipersomnia: Alteración del ciclo vigilia-sueño, prolongándose el sueño de forma significativa en relación a la necesidad del sueño.
Narcolepsia: Excesiva somnolencia, caracterizada por ataques de sueños cortos ( menos de 15 min) bruscos que el paciente no puede controlar, acompañados de debilidad muscular extrema, parálisis del sueño, alucinaciones hipnogónicas.
Apnea del sueño: enfermedad que puede ser de riesgo vital, caracterizada por múltiples episodios de apnea nocturna, ronquido excesivo y somnolencia diurna.
Parasomnias: Grupo heterogéneo de trastornos de ciclo vigilia-sueño que ocurren durante el dormir.